El odio al desnudo en 1915 por Jose Frances – Proyecto Garlo

El odio al desnudo en 1915 por José Francés.

En Mundo Gráfico ocurre el desprecio de una pintura de Federico Beltrán, La Maja Marquesa, se presentan las obras de Mateo Inurria, Julio Romero, Enrique Marín.
1915 El Pecado Julio Romero de Torres – Proyecto Garlo
1915 El Pecado Julio Romero de Torres.
El odio al desnudo en 1915.
En Mundo Gráfico ocurre el desprecio de una pintura de Federico Beltrán
Escritor: José Francés. HemerotecaDigitalBNE.ES
Una incomprensible y torpe decisión del Comité-Jurado nos obliga a alterar el orden de nuestras reseñas de la Exposición Nacional, impulsándonos a hablar, antes de lo que pensábamos, del desnudo.
Al ilustre pintor Federico Beltrán, uno de los más admirables y refinados artistas de nuestra época, y cuya exposición en el Salón Parés de Barcelona fue la más alta manifestación estética del año 1914, se le ha rechazado un cuadro.
Y no en el plazo señalado para esta clase de repulsas; no con el paliativo de «la falta de espacio», sino acusándolo de inmoral.
1915 Exposicion Nacional Bella Artes Espana – Proyecto Garlo
El cuadro se titula «La Maja Marquesa» y, primero en la redacción de España, y luego – más lógicamente – en el lindo y prestigioso salón Arte Moderno, ha estado expuesto al público. Es una obra bellísima por todos conceptos. Todo en ella es armónico y exquisito; todo en ella responde a una divina exaltación de la mujer.
Sin embargo, los señores del Jurado la han rechazado, porque, según dicen, «podría creerse que el autor aludía a cierta individua que lleva una vida de escándalo». Ignoramos quién pueda ser esa individua; pero sólo el mero hecho de suponerle tal mezquindad a Federico Beltrán nos subleva y nos apena.
Se lo pidió a Beltrán que cambiase el título de «La Maja Marquesa» por Las Majas, y Beltrán – naturalmente – se opuso a ello.
La Maja Marquesa por Federico Beltran en 1915 – Proyecto Garlo
La Maja Marquesa por Federico Beltrán en 1915.
No puede, no debe jamás un artista supeditarse a tales cosas. Ni siquiera tolerar la sospecha de inmoral.
¿Pero ha sido realmente por inmoral por lo que se ha rechazado «La Maja Marquesa»?
No lo creemos, proque se exponen cuadros en esta Exposición, que no podemos contemplar sin que bochornosa vergüenza nos suba al rostro y sin que nuestro estómago sufra convulsiones de asco. ¿Acaso consideran moral y edificante y artístico los señores del Jurado el cuadro «Los Caídos», del Sr. Solana?
Representa este cuadro el interior de una mancebía de último orden, de esas que sólo los miserables, los exhombres gorkianos pueden visitar. Todo en ella es repugnante, todo hiede a podrido: el asunto, la elección de tipos, la composición, los motivos complementarios. Hasta la técnica, en que parece haberse empleado hollín y pus en vez de colores. Por si esto no fuera bastante la figura principal es un invertido con rostro de vicio y de presidio…, vestido de mujer; para que no se dude lo más mínimo de lo que el Sr. Solana ha querido representar.
Los Caidos 1915 Jose Gutierrez Solana – Proyecto Garlo
Los Caídos, 1915, José Gutiérrez Solana.
En el fondo de esta cuestión particular se agita una cuestión nacional. Es un mal endémico que nos corroe a los españoles.
Es el odio al desnudo que impide a un semanario eminentemente artístico, como La Esfera, publicar cuadros admirables porque se recibieron miles de protestas cuando se reprodujeron ¡¡¡ La Venus del espejo, de Velázquez !!! y ¡¡¡ La Maja desnuda, de Goya !!!; que pone infames hojas de parra a las estatuas clásicas de los Museos; que señala con lápiz rojo en los catálogos los sitios donde hay cuadros de desnudo, para no «mirar hacía allí»; que persigue a los escritores, no ya por lo que dicen, sino lo que pueden decir…
Y mientras tanto se publican periodiquillos de una obscenidad triste y plebeya: existen barracones inmundos llenos de jovenzuelos y viejos verdes para ver y presenciar innobles salacidades; tienen que dejar de ir a los cinematógrafos las señoras que no lleven el amparo de un hombre; acuden a estos cinematógrafos las mimas tobilleras precozmente pervertidas que en hoteles aristocráticos a la hora del te bailan de un modo que no se atreven a bailar en los merenderos de las Ventas o de Amaniel. A tal estado de rebajamiento moral se ha llegado en España, que lo más elevado del arte, lo que siempre sirvió para aquitatar los méritos verdaderos del pintor y del escultor, el desnudo, se repudie y se recrimine como una espantosa lacería.
El Desnudo por Mateo Inurria 1915 – Proyecto Garlo
El Desnudo por Mateo Inurria 1915.
Y no es de hoy solamente. Es de ayer también. O los secos estériles huraños y sombríos ejemplos de Zurbarán, de Ribalta, de Rivera o los enfermizos misticismos del Greco, o las dulzonerías y blandenguerías de Murillo.
Se reniega del amor para ocultar el espasmo medular: se tapa el desnudo femenino, creyendo hipócritamente disimular con ello la ruindad masculina.
Como una consecuencia lógica llegamos a confusiones lamentables. De igual modo que el snob nunca sabe distinguir donde acaba la elegante y empieza lo ridículo, así nosotros no sabemos ya distinguir en qué momento determinado la belleza se hace pornografía. Digo esto porque no sólo hemos de reprochar al jurado de la Exposición Nacional que haya rechazado «La Maja Marquesa» y colgado «Los Caídos», sino también el admitir y considerar obras de arte incapaces del delito de inmortalidad, cuadros como los del Sr. Peña y del Sr. Gárate.
El Pecado por Julio Romero de Torres – Proyecto Garlo
El Pecado por Julio Romero de Torres en monografía 1920.
En el primero pintado como pinta don Máximo Peña, no hay un solo detalle de emoción y de pureza artística. La postura del modelo no puede ser más obscena: la técnica no puede ser más deplorable. En el segundo el Sr. Gárate ha querido rememorar fantasías galantes del siglo XVIII. ¡ Oh manes de Boucher, de Frigonard, de Vatteau, del Vatteau, sobre todo, de Júpiter y Antíope ! ¡ Cómo ha crecido y qué trazas de zagalón, desgarbado y zafio tiene el Amor en este cuadro del distinguido pintor aragonés !
No faltan, sin embargo, en la Exposición Nacional, desnudos plenos de belleza, puros de intención y exaltadores de la verdadera nobleza estética.
Citemos únicamente, aunque existen otros varios, la Mirabella, del propio Federico Beltrán, que es una de las obras más admirables de este certamen: el desnudo de niña pintado por Leandro Oroz, uno de los cuadros de Ramírez Montesinos; el cuadro de Tuset y, sobre todo, los desnudos de El Pecado y de La Gracia que presenta Julio Romero de Torres.
En escultura abundan, como es natural, los desnudos. Los hay francamente inadmisibles por su violencia y desarmonía, como el grupo de Enrique Marín, pero en cambio, está el insuperable y magnífico desnudo de mujer expuesto por Mateo Inurria.
Es algo tan admirabilísimo, tan sobre humano en su extraordinaria y palpitante fuerza de creación que suspende y maravilla.
Mateo Inurria se presenta a la medalla de honor. Nunca, nunca se habrá concedido con más justicia y más educadora oportunidad la medalla de honor a un gran artista.
Y debe concederse precisamente a ese desnudo para lavar la impureza de la idiosincracia española y para demostrar a la inmensa turbamulta de tartufos, que el desnudo es algo sagrado y accesible únicamente a los artistas capaces de contemplarlo limpio el espíritu, serena la frente, bañadas de divinidades sus pupilas…  JOSÉ FRANCÉS
CURIOSIDAD INVESTIGADORA JUANJO GARLO: ENRIQUE MARÍN HIGUERO (1873, ARRIATE - 1951, MADRID).
1915 Cielo y Tierra escultor Enrique Marin en marmol Carrara – Proyecto Garlo
Esta mañana, 25 diciembre, de Navidad, 2024, con el avistamiento de supuestos «Ovnis» o «Drones» en la Costa de Florida, me ubique en mi estudio para transcribir este artículo encontrado anoche en la Revista «Mundo Gráfico» sobre la Exposición Nacional, de 1915, escrito por José Francés, titulado «Odio al Desnudo».
Tras la transcripción que os invito a leer en esta publicación en ProyectoGarlo Plataforma Digital de Arte y Cultura, citan a Federico Beltrán, a Mateo Inurria, a Velázquez, a Goya, a Solana, a Julio Romero de Torres. A renglón seguido inicio la búsqueda de las fotografías de las obras, y para no extenderme más, cuando estoy investigando la referida aquí, que no se cita el nombre, y que es «Cielo y Tierra», en una de las providentes búsquedas en la Hemeroteca Digital de la BNE, aparece una referencia al matrimonio del escultor con su primera esposa, fecha 1915. En mi Tesina memoria de Licenciatura fruto de realizar los cursos de Doctorado en la Universidad de Córdoba, 2001-2003. 
Cito que se casa en primeras nupcias, pero hasta el día de hoy no he encontrado el nombre completo de la esposa, y referencia textual en la revista «EL Universo». Querido Lector/a, será el comienzo de una nueva publicación sobre Enrique Marín Higuero, pues estoy comprobando que tanto la web del Museo del Prado como profesores investigadores actuales siguen dando malas fechas, y datos incorrectos sobre este artista malagueño y sobre el granadino, Enrique Marín Sevilla, amigo compañero de la Cofradía del Avellano en Granada, además de íntimo amigo de la Familia Romero de Torres, así se constata en la correspondencia epistolar conservada en el Archivo Municipal del Ayto de Córdoba.
Hoy, 25 de Diciembre, 2024, comenzamos un nuevo camino…….
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COMENZAMOS.....

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