Este lienzo presenta una forma de pintar muy de la escuela italiana, cuyo mejor ejemplo fue Caravaggio creando escuela y su mejor seguidor español José de Ribera. Todo esto nos indica una autoría posiblemente de Antonio del Castillo, todavía en esta pintura influenciado por el estilo manierista de su padre Agustín del Castillo.
Un detalle, observen, el trazado y posición de la cabeza de la Virgen, el pelo insinuandolo sobre los hombros, situación de las manos (al igual que las de San Francisco de Asís), comparándolas con la Inmaculada de su padre en distinta posición pero del mismo estilo. Un detalle más es la ingenuidad de representar el sol, con la figura de una cara humana. Así la calidad de los primeros abocetados, con gruesos de la capa pictórica, sobre todo en los fondos de las nubes, así como en el paisaje y ángeles, posteriormente trabajados con veladuras.
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